¡Toma este beso en tu frente! y en el momento de abandonarte, déjame confesarte lo siguiente: no te equivocas cuando consideras que mis días han sido un sueño; y si la esperanza se ha desvanecido en una noche o en un día, en una visión o fuera de ella, ¿es por ello menos? Todo lo que vemos o parecemos no es más que un sueño en un sueño.
La muerte estaba en aquella ola venenosa, y en su golfo un ajustado sepulcro para el que desde allí podía traer solaz a su solitaria imaginación, cuya solitaria alma podía hacer un Edén de aquel oscuro lago.
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